Mil veces te busco en el recuerdo, mil veces vuelves con tu belleza tierna y penetrante. Estaré en tus sueños velando tus silencios, estaré en tu vida soñando con amarte y pensando en ser tuyo, estaré en tus caricias sintiendo que eres mía. Te amo.

Las ramas que al paso del viento se agitan recorren tu cabello dorado, en la copa del café se han disuelto los dulces jugos de los amores distantes, bebiendo a tragos la dulzura de permanecer despierto, como podrían amarte mis ojos a través de la ventana que no da a tu puerta si el beso esperanzado retrasa la fatigante pena, el sol de los esteros atraviesa la tarde y como pájaro herida cayo a tus pies mi pena, tomando en tus brazos como ave herida colocaste el tu pecho la prueba de mi vida, mantenme caliente en tu regazo que detrás de tu  puerta no hay vida, el aire se enrarece anudando el alma a la rutina, devora con tu encanto mis calmas perseguidas, amanece en los campos de congelados los parpados caídos, el cansancio hace mutis cuando tu imagen lo atisba mansedumbre de amores que sobre mi vida flota, y son los perfectos silencios atacados por la imperfección de mis suplicas no comprendo el sendero concreto que me dirija a la luna, llena de imperfecciones que la hacen mi perfecta compañía coloco en la base de mi vida mi sol y mi compañía tu mirada distante y mi despertar al camino errante, se pierde mi saciedad desciende desde tu pecho a tu tus muslos y la boca de tu vientre, no sé qué más se pueda necesitar para ser feliz, dame a guardar tu corazón aun latiendo, tus labios aun besando y tu pecho respirando, te daré mis manos aun sintiendo, mi despertar aun durmiendo, mi anochecer aun soñando con que vuelvas a mi lado.